31.5.13

Cumbias

Por Pablo Semán

      
  



    En la lista de discusiones de la IASPM-AL  Berenice Corti disparó con su post una discusión interesatísima. En el asunto: “La cumbia es Latinoamérica (pero no solo la cumbia señaló la creciente presencia de la cumbia en la sociedad argentina. Los comentarios iniciales señalaron la diversidad de cumbias y Rubén López Cano hizo un señalamiento cuyo sentido quiero subrayar y profundizar: “En este momento tengo serias dudas de que eso que solemos generalizar con el nombre de "cumbia" sea en realidad un género musical.... entendido en términos tradicionales”. No me interesa exponer la teoría que habilita esa afirmación hacer dos observaciones que revelan esa realidad y nos hacen comprender que la unidad de la cumbia es algo que hay que discutir y problematizar. De paso cuento algo sobre las cumbias en Argentina.


            La primera de dichas observaciones, escasamente problematizada, pero obvia, es la siguiente. Tanto como debemos dudar de la unidad del género musical que supone la existencia de un único término para referir expresiones muy diversas (como lo sugirió Ruben López Cano), y por eso este texto se llama “cumbias”, debemos dudar de lo que estamos suponiendo bajo el título latinoamerica. Una cuestión es la unificación estratégica de los cientistas sociales y los musicólogos en una asociación que reivindica un carácter latinoamericano y otra suponer una homogeneidad que torne transitivos terminos como Colombia, Panamá, Bolivia, Argentina y Brasil (como si incluso no hubiese enormes heterogeneidades dentro de los propios espacios nacionales). La correspondencia Cumbia/Latinoamerica, luego Cumbia/cada uno de los paises latinoamericanos debe ser problematizada tanto en la referencia “musical” como en la “espacial” (y lo digo con conciencia de haber permitido que se filtrase esa supuesta correspondencia para un título que en parte creímos válido, pero que, en mayor parte, cedía a la convención que cuestionamos en el propio texto). Como sosteníamos en el mismo la situación de las cumbias en Argentina y Colombia es diferente en repetorios de clase, nación y de construcciones etnificadas o etnificantes.

           

 La segunda, que es la central y la más prolongada de esta intervención, es la que sugerian las expresiones de Berenice Corti y Ruben Lopez Cano, entre otros. La diversidad de la cumbia es tal que se llega a un punto en que se dificulta entender que es lo que se unifica bajo dicha expresión. Incluso se llega a dudar de la necesidad de efectuar esta unificación desde una posición que puede resultar externa y ajena a la diversidad de cumbias o bien no disponga de un criterio de objetivación y, sobre todo, de unificación plausible:

-es un fenómeno unificado por una especificidad materialidad musical? Esto sería una contradicción con la manera en se analiza contemporáneamente la significación que adquieren las prácticas musicales, más alla de cualquier esencialismo;
-debe unidad a una particular conciencia de sus músicos y bailarines, en una especie de momento “para sí”?  creo que esto no resiste el más mínimo análisis. Salvo que al interponer tantas mediaciones entre la unidad imaginaria e imaginada de la cumbia y la multitud de operaciones que realizan todo tipo de agentes para ponerse bajo el paraguas “cumbia” resulte una unidad compleja, inteligible, teórica pero insignificante en el funcionamiento social;
-tenemos que concebir su unidad por el hecho de que desempeña en cada caso nacional la misma “función”, por que cumple un papel análogo al que cumplen otros géneros en otras configuraciones sociales?. Nada más lejado de lo que creo posible afirmar. Es que la lógica de esta comparación implica una parametrización implícita e inaceptable como aquellla de la que se reia Ionesco, cuando decía algo así como la “la Paris de Inglaterra es Londres”. Como Londres no es una función universal, las comparaciones son posibles para iluminar recíprocamennte los casos y no para tomar a uno como cartabón del otro. Claro que se puede comparar el rap y la cumbia, pero cada uno de los géneros participa de configuraciojes diferentes y eso se aplica también a la circulación de dichos géneros “fuera de su cuna” (el rap en EEUU no es lo mismo que en Argentina, digamos).

            En este sentido quiero mostrar y pensar algo de lo relativo a la variedad diacrónica y sincrónica de las cumbias en la Argentina. Antes de pasar al señalamiento que me interesaba realizar  una serie de links que muestran una parte significativa  (ni total, ni la más importante) de las variciones de  expresiones musicales que fueron ligadas por otros o por sus productores al significante “cumbia”. No hago una descripción sistemática, sino que los presentaré por algunos rasgos marcados como sobresalientes por distintos tipos de comentarios y al solo fin de ampliar algo la información. Me interesa que puedan apreciar la variedad, tanta variedad en un despliegue que, además es tán sólo una muy breve proporción de todas las variaciones existentes.


            En este link http://www.youtube.com/watch?v=qtOvOWWeD9A oimos al grupo que se dice introdujo la cumbia en Argentina, desde los años 50.  Los Wawanco, que tenían en su primera formación varios músicos colombianos  lo que no quiere decir que con ellos llegó algo así como “la cumbia colombiana” muy diversa ella misma en sus expresiones.  Tampoco tocaban cumbia solamente, sino también otros ritmos “caribeños”.
           
            En el siguiente  link canta Riki Maravilla un músico de enorme popularidad desde los años 80, que define a su musica como tropical, aunque, pueda atribuirsele el rótulo de cumbiero y el mismo no lo rechace. http://www.youtube.com/watch?v=BMIQVuy9DNw

            El rótulo de tropical fue el que designó a mucha de la musica que circuló en los sectores populares luego de experiencias iniciales como las de los Wawanco que, inicialmente, se dieron en  la clase media en que competían en los bailes con la emergente música “beat”[1]. A proposito de “tropical” otro hito de la musica tropical  son “los Caú”.  “Inventaron” una variante del chamame, que es un ritmo preexistente a la cumbia en Argentina, y lo llamaban chamamé tropical. Sólo posteriormente, cuando la cumbia se establece  como categoría genérica, fueron asimilados a una eventual trayectoria de la cumbia. La historia de la agrupación revela una curiosa relación con ese genero: un productor tuvo la idea de combinar la Cumbia con el Chamame pero tocado por musicos de rock. Una idea de “borrachos” (caú en guarani) fue el comentario de los músicos reclutados por el productor cuando recorrían sugerencias para nombrar a la banda que ostentaba la rareza de dialogar, competír, e ironizar desde el chamame sobre el rock visto como cosa de “otro pozo”, tal vez de “clase media”, una “modernidad”: los miembros de los Caú se maquillaban  como emulando a los integrantes de Kiss, hicieron recitales en el templo del Rock Obras Sanitarias, y se presentaban en televisión junto a un cómico que parodiaba a uno de los musicos iniciales del rock en Argentina  (sino del rock de la “musica moderna” que el “Club del Clan” había hecho en los años 60). Versionaron temas clásicos del chamamé con el “groove del tropical”[2] e hicieron más de 20 discos.
           
            Mucho antes de que los músicos del “rock nacional” dejasen de denostar a la cumbia como música monotona, bailable y pasatista (al menos de forma automática y homogénea) David Byrne había hecho su cumbia http://www.youtube.com/watch?v=LH1kRTd_Xdw y en los años 80 Jean Michel Jarré en sus Conciertos en China hizo una Rumba que recordaba esta sonoridad: http://www.youtube.com/watch?v=xPOw44xn94c  . No son parte de la variedad de la cumbia en Argentina: solo quería recordar queyo los escuche muchísimo estando en argentina.

            En los años 90 surgen otras expresiones de la Cumbia. Entre ellas la de Leo Matiolli que es identificada como romántica y con la provincia argentina de Santa Fe. Sólo para dar un dato: su tematica refiere una conflictiva amorosa en las que las relaciones “ilegitimas” no son solamente simultáneas y extramatrimoniales sino dramas en que los terceros son cuñados o sobrinos y en las que los conflictos por las posesión/aribución de hijos abunda. Una sonoridad que extrema los climas sentimentales en los puntos del quiebre íntimo, el llanto culpable, abandónico o deshauciado del interprete y de quien se disponga a una mínima empatía con el cantante. Una muestra ejemplar de su música en esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=IpUuZn9Q7_E
           
            La cumbia villera relaciona sus letras con la conflictiva social del conurbano bonaerense y con patrón de relaciones de género sacudido por la emergencia de una sexualidad objetivada, tematizada y áun puesta en el primer plano con un grado de desafío que asombró a públicos, críticos y músicos. Era tambien una generación de musicos atravesados o en dialogo con el rock nacional que en esa misma época tenía vertientes que se proponían críticas a través  de una pretensión crónica y cruda:  http://www.youtube.com/watch?v=fIDrEC7Fmaw .
           
            En los años 200 la cumbia villera tiene diálogos con las mas variadas expresiones del rock que encuentra en músicos de cumbia como Pablo Lescano o Daniel Agostini interlocutores interesantes. En este link León Gieco canta con http://www.youtube.com/watch?v=woZxy2W-RRw  ([3]) Otro tanto debe afirmarse del “rescate” realizó Leo Garcia, que era visto como un músico pop,  en relación a la trayectoria de Gilda. http://www.youtube.com/watch?v=WCYpasIJ6aE .
           
            Y no debemos tampoco olvidar la intevención que, recogiendo sin repetir mecanicamente la  crítica de género, proponen Las Taradas cuando hacen su interpetación de Santa Marta (la cumbia que citamos al inicio de este recorrido). Su versión de la letra rie del machismo y, creo yo, del matrimonialismo. Su composición incorpora desde elementos del rock hasta sonoridades e instrumentos del jazz y, creo yo, del choro, en la particularidad de una “orquesta de señoritas”: http://www.youtube.com/watch?v=3nN3GgzWiss 
           
            Ya avanzados los 2000 la Cumbia fue leida desde el mash up y desde el rap como en las intervención de Villa Diamande y Miss Bolivia: http://www.youtube.com/watch?v=uoTV3E09I-4  O en el juego de homenaje, parodia  selección y desplazamieno de elementos sonoros que encara Campodonico en relación a la cumbia Villera en un canto en que por continuidad o contraste recuerda  su sonoridad, su temática y su escena social: http://www.youtube.com/watch?v=30bQh0tarAU Y  tampoco pude dejar de tenerse encuenta la tentativa de la Orquesta Sambomba que encarna entre jovenes musicos latinoamericanos situados en Buenos Aires una tentativa de recuperar estilos que no estaban presentes en el recorrido que hicimos hasta aquí y que trae la cumbia como otrora había sido traida a la escena la salsa (en una forma que ademas recuerda la que encaro Mimi Maura en el inicio de los 2000): http://www.youtube.com/watch?v=SABdPIzmtqc .  “Los labios” hace una síntesis entre estas dos últimas referencias en una producción musical y escenica  que al mismo que juega se toma en serio todos los valores de la cumbia y lleva a la banda compartir escenarios con músicos de reconocida tradición en la cumbia villera.    http://www.youtube.com/watch?v=rlS4m5qJOJc

            No quiero dejar de considerar las verisones cumbieras  del rock realizadas por Agapornis (una banda de jovenes de clase media que en este link versionan Persiana Americana de Soda Stereo: http://www.youtube.com/watch?v=VV0UOkogrCI ).  O la que Los Palmeras, emblema de la cumbia santafesina, realizaron sobre un tema clásico de los Redondos. (va con entrevista incluida: http://www.youtube.com/watch?v=Fi5_nM6INUw ) .

            El recorrido podria ser más largo y espero que haya sido de su placer. Tal vez alcance  para sugerir algunas cuestiones que deben tenerse en cuenta para entender la generalización y la paralela pluralización/estallido de la unidad del género que a esta altura son realidades incuestionables. Esta es una operación posible y necesaria, pero parcial y provisional. De la circulación de la cumbia entre diversos grupos sociales, clasificaciones y auto clasificaciones estéticas no se deduce la imposibilidad de concebir una relación fuerte entre “versiones del género”, grupos sociales y formaciones de alteridad, hegemonía  y desborde de la misma. Puede que la cumbia sea o no un insrumento de cuestionamiento o confirmación de la hegemonía en las clases populares. Y esta afirmación empíricamente validada no sería contradictoria con su presencia tenue o ingente en las clases medias. En estas discusiones la teoría, las cuantificaciones y las ponderaciones que organizan el caos de los contrafácticos que nunca faltan es indispensable. Pero esto no implica que la observación provisional no sea valida y no permita extraer algunas conclusiones importantes. La cumbia circuló de unos grupos sociales a otros. Fue alternativamente música de sujetos subalternos, de las clases trabajadoras, pero también de las clases medias y no sólo en plan irónico sino también en los de abrazar la identidad latinoamericana, dar rienda suelta al cuestionamiento de los géneros musicales para ejercer la libertad de repertorio,  reivindicar las “mezclas”, las “ortodoxias” vencidas (solo esas),  o las “rarezas”. Toda esa diversidad de situacione sy más debe ser contemplada.

            La cumbia ha sido estigmatizada como música de “negros” pero también ha sido utilizada en prácticas que intentan invertir el valor de ese estigma y áun en desempeños que intentan adjudicarle  a algunas de sus variantes el carcater de género musical emancipador. No menos puede observarse que se intenta darle representantes blancos y que si los obtiene no se produce, al menos no únicamente, el efecto de apropiación que en otros casos pone a los blancos al mando de la música de negros.  Ha sido utilizada en prácticas que no pueden ocultar su caracter machista. Pero también es  parte del repertorio de quienes se identifican con la crítica de género más radical y por queines actuan en diversos grupos sociales un ethos sexual liberado e irónico. Ha sido el proyecto de gerentes de discográficas, el de jóvenes independientes que apuestan a un perfil propio y artesanal y el de una bohemia popular que proliferó en los 90 al calor de equipos baratos y decenas de fiestas y bailantas menores a las que el ojo “mainstream centrico” de las ciencias sociales no llegó por que solo atiende a los fenómenso de la “periferia”  cuando llegan al “centro” y rinden como tema, primero periodístico y luego de la ciencia social[4].

            No fue siempre la misma música. Como música tropical fue la música que servia a las generaciones jovenes del conurbano bonaerense para tomar distancia de las tradicionales músicas familiares. Pero tambien cumplió ese mismo papel, una generación despues, la cumbia villera que era utilizada de la misma manera que el rock nacional, en las clases medias, para marcar una diferencia generacional.  En los relevos generacionales la cumbia no solo cambio de aspecto. Y esto es importántisimo:  tambien  mutó su forma de disponibilidad y su aura. En las clases medias dejó de ser un exotismo apropiado para escandalizar a las tías abuelas,  para convertirse en una de las formas posibles de la belleza (muchas veces sin polémica) incluso, como diría mi abuela Pola Tabachnick,  entre “chicas de la colectividad y de buena familia”.

            La unidad del género musical, si es que importara esforzarce para concebirla solo podria entenderse como la unidad de una soga en la que ningunos de sus filamentos tiene el largo de toda la cuerda  y en la que esos filamentos,  relevándose unos a otros construyen un objeto único.  Otra forma de encarar esa unidad sería pensar, erradamente, al modo evolucionista, que ella existió parcialmente en la Argentina cuando todas las variantes de la cumbia y lo tropical  eran parte constituiva de un  repetorio acotado a un circuito “popular” de programas de TV, radios y  “bailantas” (que era la denominación genérica de los locales en que se ejecutaban de forma alternada por días o conjugadas por show las  variaciones de la cumbia). Era la época en que estas formaban un circuito de locales extendido, numeroso y poco atendido por los cientistas sociales de la música salvo para dar cuenta de lo exótico, lo degradado, o las expresiones de clase que incurren en la rebeldía autodegradante. Esta pendiente el balance de la cumbia en la “lucha de clases” y esta pendiente conocer el origen multiple de la cumbia en Argentina (para desafiar esa percepción evolucionista). Pero se puede seguir avanzando en la observación que veníamos haciendo

            Más allá de las metáforas y sin ingresar en la riqueza de determinaciones de conceptos como campo o imaginario (ambos pasibles de ser concebidos como una relación de fuerzas) puede hacerse un señalamiento importante: el uso del género se masificó y se aceleró esa difusión en la vertical social en las últimas décadas. Se convirtió en algo atractivo, casi inevitable como referencia musical de las mas diversas trayectorias musicales y sociales. En ese sentido ha sido y es, cada vez más, una lengua franca en la que se ingesa satisfaciendo parecidos de familia en cuanto al género musical o ridiendo homenaje a una serie de convenciones variables históricamente. Quiero poner el acento en la situación actual, en el “cada vez más” con que sostengo que la cumbia es una referencia y por tanto lenguaje que por generalizado y generalizable es una lengua franca. La tasa de “copia”, de avenimiento a la cumbia es cada vez mas alta ya que al mismo tiempo que mantiene sus bases en las clases populares las gana, cada vez más,  en diversas cualidades en las clases medias (sin ser nunca el género dominante ni mucho menos).  Pero además como las categorías de gusto vergonzante ceden y las “alterofilias” aumentan, la cumbia se vuelve menos un consumo estigmatizante en términos de discriminaciones clasistas y racistas. No se trata de la abolición de estas realidades ni de sus expresiones en la vida cotidiana, ya que se siguen ejerciendo  teniendo en cuenta otras características que complementan el estereotipo del “enemigo de clase” para el discriminador. Además siempre se puede discriminar por los usos, ya que la adhesión al género - incluso en el caso en que dos grupos sociales valoricen y se tomen en serio el mismo-, no implica el final de las realidades sociales que pueden expresarse en apropiaciones diferentes, contrapuestas y pasibles de ser combatidas recíprocamente,  de una misma propuesta musical.

            Como lengua franca parece la contracara del rock nacional. Se desarrolla en grupos sociales en que este ha tenido presencia relativamente menor y ha enfatizado el baile de una forma que en la otra lengua franca juvenil solo ha sido posible de forma reciente y recortada. Pero ese mismo desarrollo ha sido el que le granjeo la apertura de las puertas de las clases medias en una epoca en que  las sanciones al baile que traia cayeron  a su nivel más bajo. Mucho más cuando esta es una  época en que la relativa decadencia de las ortodoxias de género y el impulso a la variación dinamizan la formación del gusto musical. Y también por que esa es una época en la que una parte de la imaginación estética hace de Latinoamerica una nueva tierra prometida para los deseos estéticos y militantes que son parte de la sensibilidad de nuestro tiempo en Buenos Aires. Y no debe descartarse en esta valorización de la cumbia en las clases medias la presencia de una camada creciente de migrantes colombianos de clases medias que traen de su país esteticas indies que alimentan los circuitos locales con motivos, modelos, instrumentos y estilos que ingresan al arsenal.

            Así la cumbia como significante en disputa, y con juego para ser definido, se vuelve atractiva para la inversión en identificaciones y proyectos que puestan a beneficiarse con las legitimidades cruzadas, potenciadas y habilitantes que actualmente provee.

 Pablo Semán



[1] También es necesario decir que el adjetivo de “tropical” ha sido utilizado mucho antes en diversas ocasiones para rotular y autoidentificar diversas experiencias musicales que se dieron en la Argentina. 
[2] Ver en www.http://kissteria.wordpress.com/2008/11/28/vida-y-obra-de-los-cau
[3] La canción esta dedeicada a una de las víctimas de la represión policial en 2001 http://es.wikipedia.org/wiki/El_%C3%A1ngel_de_la_bicicleta
[4] Una dinámica que sólo actualmente se quiebra por la saturación del sistema de investigaciones y la afirmación de programas de trabajo de largo plazo y con mayor reflexividad. 

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